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El lado B del ajuste en el Garrahan
Médicos convertidos en plomeros y administrativos que manejan Uber. Decenas de trabajadores del Hospital Garrahan deben recurrir a otros empleos alejados de sus profesiones para llegar a fin de mes. Pediatras plomeros, administrativos que conducer remises y médicas que venden cacerolas son parte del duro escenario, mientras se agudizan los recortes del gobierno. En el país de Javier Milei nada es lo que parece: hay médicos manejando remises, radiólogos que trabajan como plomeros, administrativos que venden ropa y pediatras pintores. Desesperados por llegar a fin de mes en medio de la crisis y el ajuste, los profesionales del Hospital Garrahan están desesperados por juntar el mango para llegar a fin de mes. “Yo hago Uber, tengo compañeros que venden ropa, otros que venden cacerolas, otros que se dan maña para hacer algunos trabajos en casas.El que no pone aires acondicionados, arregla cañerías. No hay nadie que tenga un solo trabajo”, relató Verónica Pietropablo, empleada administrativa del Garrahan hace 14 años. Al igual que Pietropablo, decenas de trabajadores del Garrahan deben recurrir a otros empleos alejados de sus profesiones para llegar a fni de mes. La mujer, madre de una hija, cumple una jornada completa de lunes a viernes con un sueldo que apenas supera los 800 mil pesos. Como necesitaba sumar un ingreso urgente, hace tiempo comenzó a manejar su propio automóvil en la app Uber, principalmente los fines de semana, cuando tiene más tiempo libre, ya que además es estudiante universitaria. “Nosotros trabajamos ocho horas por día. Lejos de no tener cómo certificarlo, tenemos un fichaje biométrico que costó mil millones de pesos hace 15 días. Cuando fue todo lo de los residentes, ya no funcionaba”, explicó.
Después de las ocho horas de trabajo no termina el día de Verónica. Es solo el comienzo. “Deberíamos poder volver a nuestras casas y disfrutar con nuestras familias, pero tenemos que salir a trabajar de nuevo porque la plata no alcanza”, lamentó.
Recientemente, Milei afirmó que se ha mejorado la situación de los trabajadores del hospital, que este miércoles realizaron una nueva jornada de paro general, que incluyó un masivo festival en el que visibilizaron la crítica situación que atraviesan. El Presidnete afirmó que el Gobierno incrementó los recursos al Garrahan "en un 240 por ciento" y que fue "muy por encima"de lo que se otorgó a otras áreas.
Incluso Milei mintió al afirmar que el 70 por ciento de la nómina del Hospital es "administrativa", lo que es desmentido por los propios datos oficiales del anuario del Garrahan, que indica que más del 80 por ciento es personal sanitario.
Además, Milei cuestionó que los trabajadores del Garrahan comparen el salario con la línea de pobreza de una “familia tipo” y reclamó “usar un ingreso de una persona”. “Cuando decían ‘la línea de pobreza es de 800 mil, es el caso para cuatro personas. La línea de pobreza para una persona es de 360 mil pesos”, disparó el Presidente.
"Nos sacaron el derecho al disfrute"
Quienes deben complementar sus ingresos con otros trabajos no sólo no tienen dinero. Tampoco tienen tiempo, lo que impacta en la crianza, según explicó Pietropablo. “Hay algo que me pasa, y que le debe pasar a un montón de padres: no puedo dejar de decirle que 'no' a mi hija. Tengo que salir y le digo que no, porque sino le tengo que comprar cosas. Soy una máquina de decirle que no y eso me molesta”.
No se trata solo de salarios bajos, sino también de la ausencia de actividades de disfrute y goce. “No tenés derecho a hacer salidas, ir al cine, conocer lugares nuevos. Me da bronca hacer de mi tiempo libre otro trabajo, pero no se puede sostener. Te sacaron el derecho al disfrute de cualquier cosa”, dijo con angustia.
La situación no discrimina jerarquías, golpea a todos por igual. “No te hablo solo de los no profesionales: las médicas venden cacerolas”, contó, como aquel famoso ingeniero que manejaba un taxi en pleno gobierno de Carlos Menem.
Publicado el 27/06/2025 08:00 en Nacionales